El Flute Center of New York ha sido un recurso invaluable para los innumerables flautistas que hemos pasado por la ciudad además de los que trabajamos allí. Ha habido numerosas ocasiones en las que estaba en un ensayo matutino y algo malo le estaba sucediendo a mi instrumento. Llamaría a Phil y él me diría que lo trajera y sus maravillosos reparadores lo arreglarían a tiempo para el concierto de esa noche.
También hay un stock continuo de instrumentos, viejos y nuevos, para probar si alguien necesita comprar algo para un estudiante o un amigo. El servicio es siempre impecable y la gente es increíblemente servicial. En cualquier momento puedes conocer a flautistas de todo el mundo que están en la ciudad para un concierto y posiblemente comer con ellos; es un gran lugar de encuentro. Me siento muy afortunado de tener este recurso en nuestra propia ciudad. ¡Viva el Centro de la Flauta! "
Roberto LangevinFlauta principal, Filarmónica de Nueva York
La silla Lila Acheson Wallace