Descubra ocho piezas emblemáticas de flauta estadounidense que han dado forma al repertorio de flauta. Desde vibrantes melodías folclóricas hasta obras maestras modernas, explore los sonidos que definen la música de flauta estadounidense.
El dúo Copland es una de las obras estadounidenses más emblemáticas para flauta. La apertura es hermosa y serena y tiene un aire muy nostálgico. El resto de la pieza cambia de ritmo, estado de ánimo y melodía rápidamente y utiliza el piano como compañero igualitario de la flauta.
Todos los flautistas conocen la Sonata de Burton, pero su Concierto de tres movimientos, un poco menos conocido, es sin duda una joya. Las armonías llenas de matices, la textura compleja y las melodías potentes pero melodiosas hacen de este concierto una pieza que debes incluir en tu lista de “piezas para tocar” de inmediato.
La apertura de la Sonata establece un tono emotivo para esta hermosa y reflexiva obra. Liebermann nunca deja de brindarnos una abundancia de color, calidez e intensidad en su música y esta Sonata no es una excepción. ¡Otros favoritos de Liebermann incluyen su Concierto para flauta, el Concierto para flautín y el Soliloquio!
El poema de Griffes tiene melodías místicas y misteriosas. En un solo movimiento continuo, esta pieza permite al intérprete mostrar su maestría y madurez melódicas. ¡Debido a su naturaleza hermosa y compacta, esta pieza encaja perfectamente en cualquier programa!
Trail of Tears es absolutamente cautivadora desde la primera nota del solo de flauta inicial. Esta pieza es inquietante, mágica y un viaje emocionante. Daugherty la describe como "un viaje musical sobre cómo el espíritu humano descubre formas de lidiar con la agitación, la adversidad y la adaptación a un nuevo entorno". ¡Hazte un favor y escucha esta pieza si no la conoces!
La rica y colorida Danza de la Mariposa de Valerie Coleman está inspirada en el Yaravi, una canción de lamento peruana, y ofrece al oyente un recorrido por las mariposas de Sudamérica, que bailan y se mueven en ritmos sincopados mientras alternan entre compases de 3 y 4. Esta música es para flautistas escrita por un flautista. ¡¿Qué podría ser mejor?!
La Sonata para flauta y piano de Muczynski tiene una gran carga rítmica y es sumamente vibrante. La flauta y el piano comparten la responsabilidad melódica y mantienen una energía vibrante en todo momento. ¡Sin duda, es un elemento básico del repertorio para flauta del siglo XX!
Court Dances de Amanda Harberg irradia energía, encanto y calidez, mostrando su estilo característico. Inicialmente inspirada por el rebote rítmico de una pelota de squash, la pieza evolucionó hasta convertirse en una suite dinámica y expresiva de tres movimientos.
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